A finales de noviembre de 2012, la Oficina de Telecomunicaciones de la República Checa inició el proceso de licitación de espectro radioeléctrico en las bandas de 800 MHz, 1,800 MHz y 2.5 GHz. Se anunciaron cuatro participantes: las subsidiarias nacionales de las empresas Telefónica, Vodafone y T-Mobile, así como un potencial entrante, PPF. Este número de participantes es similar al observado en otros países europeos. Asimismo, el mecanismo de asignación es el de una “subasta combinatoria de reloj” (combinatorial clock auction), tal como ha sido el caso de varios países europeos que recientemente han realizado ejercicios de licitación de espectro, incluyendo las frecuencias del dividendo digital (banda de 800 MHz).
La licitación había avanzado de manera normal hasta que a inicios de marzo, en un evento sin precedentes, el órgano regulador de telecomunicaciones de dicho país suspendió la licitación por considerar que los montos que pagarían las empresas serían “demasiado altos”. En el transcurso de la subasta, el precio inicial o de reserva se vio más que triplicado, alcanzando un monto equivalente a mil millones de dólares. El representante de la autoridad regulatoria señaló que los altos precios a pagar por el espectro podrían traducirse negativamente en “cargos excesivos” a los usuarios finales de la banda ancha móvil. Así, se siguió claramente el objetivo previamente anunciado de dar prioridad al despliegue de redes 4G en lugar del monto recaudado en la subasta. De acuerdo a esta nota de Bloomberg, las autoridades ya se encuentran preparando nuevas reglas para continuar con la subasta.